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La importancia de la protección ocular en los deportes de invierno.

En la montaña la incidencia de la radiación ultravioleta se dispara, lo que puede provocar problemas oculares, siendo fundamental un protector adecuado en nuestros ojos.

 

El invierno es la época del año para practicar deportes como el esquí o el snowboard. Pero tengamos en cuenta que la nieve refleja el 80% de la luz solar frente al 20% que refleja la arena de la playa en verano o el agua del mar cuando se sale a navegar. Y a este efecto reflectante se suma el hecho de que la proporción de rayos ultravioletas aumenta un 10% por cada mil metros de altura que subimos. Existen tres tipos de radiaciones, presentes también en los días nublados:

 

·         UVC. Se trata de la más nociva debido a su alta energía pero es absorbida en su totalidad por la atmósfera por lo que no nos preocupa.

·         UVB.  Biológicamente es muy activa. Es absorbida por la capa de ozono pero el deterioro de esta capa genera inquietud. En el ojo, la córnea es la encargada principalmente de su absorción.

·         UVA. Es la menos nociva por su menor energía, pero la que llega en más cantidad a la tierra. Una sobreexposición es perjudicial porque es absorbida por el cristalino, y la sobrante impacta en la retina que es el tejido más sensible.

 

Las partes del ojo más afectadas por la luz solar son la córnea, el cristalino y la retina, por la capacidad que tienen estas estructuras de absorber y transmitir radiación ultravioleta. En la práctica de estos deportes de invierno la lesión más frecuente es la queratitis actínica, llamada también quemadura por la nieve. Consiste en una inflamación de la córnea por una exposición intensa en un corto espacio de tiempo de UVB. Los síntoma suelen aparecer en los dos ojos: irritación, escozor y enrojecimiento, dolor intenso que aparece unas 4-6h después de la exposición, sensación de arenilla, lagrimeo y fotofobia o intolerancia a la luz. El efecto de las radiaciones es acumulativo y con el tiempo irán apareciendo cataratas o lesiones en la retina. Existe una relación directa entre la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) y la exposición a la luz solar.

 

Es nuestra labor concienciar a los usuarios de estos deportes para que los realicen con una protección adecuada que no ponga en peligro su salud ocular. El protector que usemos dependerá de las características del individuo, del tipo de deporte y de las necesidades visuales que tenga. Los requisitos básicos para elegir unas lentes de calidad son:

 

·         Garantía de calidad. Es imprescindible que tengan la garantía de calidad de la Unión Europea con la marca CE.

·         Protección UV. El nivel mínimo de protección debe ser 4 para que filtren al menos el 75% del UV

·         Filtro infrarrojo.  Para filtrar al menos el 50% de la radiación infrarroja (IR)

·         Protección lateral y reforzada, sin olvidar la zona de debajo por donde también entra la radiación.

·         Color de la lente. Para que no altere la percepción cromática o de los colores. Para ello las lentes más aconsejables son  los tonos grises.

·         Material resistente. Es básico que las gafas estén fabricadas con materiales endurecidos preparados para los impactos.

·         Ergonomía. Importante que la gafa se ajuste bien al contorno del rostro por lo que no es aconsejable usar la de otras personas.

·         Visión periférica.  El campo de visión lateral tiene que estar garantizado en por lo menos 180º para evitar a los esquiadores que se acerquen a gran velocidad.

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