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Exámenes periódicos

La detección precoz es la mejor arma de la que disponemos para la prevención de problemas visuales y para que podamos gozar de una buena calidad de vida.

 

La vista es el sentido más activo que tenemos ya que recoge el 80% de la información que recibimos. Pero nos encontramos con una dificultad: la población en la mayoría de los casos no acude a hacerse una revisión rutinaria sino cuando ya nota algún síntoma. El óptico optometrista es el primer eslabón en la cadena que vela por la salud visual, es en el establecimiento de óptica donde tiene lugar el primer contacto. En estas revisiones periódicas se pueden detectar problemas optométricos pero también oftalmológicos, psicológicos, neurológicos, etc, con lo que hacemos una labor de atención sanitaria a nuestra población al remitir a otros especialistas cuando sea necesario.

 

En estos exámenes visuales podemos encontrarnos diferentes afecciones dependiendo de la edad. En los bebés hasta los 2años es importante descartar que no haya un estrabismo (tuercen uno o los dos ojitos) o una ambliopía (ojo vago). Ambas entidades van a dificultar seriamente el desarrollo de su sistema visual.

 

Cuando el niño empieza a leer entran en juego otro tipo de habilidades como la acomodación (capacidad para enfocar de cerca), la binocularidad (trabajamos con los dos ojos a la vez y hay que coordinarlos bien) o la motilidad ocular. Disfunciones en estas áreas pueden comprometer la capacidad de aprendizaje del pequeño. Y no olvidemos la miopía tan frecuente en una sociedad que cada vez hace más uso de la visión de cerca.

 

En la adolescencia encontramos una demanda visual mucho mayor lo que puede desequilibrar las habilidades visuales ya adquiridas. Volveremos a evaluar las capacidades acomodativas y binoculares así como la presencia de errores refractivos no manifestados hasta ese momento o que no habían dado molestias, sobre todo la miopía. Todo esto sin olvidar la salud ocular de los menores asegurándonos que no haya ninguna enfermedad en córnea, cristalino o retina.

 

En el adulto hasta la aparición de la presbicia a los 40 años, suele haber una etapa de estabilidad en la que tendremos en cuenta la protección ocular, con diferentes filtros según las necesidades y la demanda. Las personas de más de 45años tienen mayor predisposición a padecer enfermedades oculares como la DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad), glaucoma, retinopatía diabética o desprendimiento de retina ya que el propio envejecimiento genera cambios estructurales que las favorecen, sobre todo a partir de los 60 años.

 

Cuanto más serio sea el problema visual, más importante es la detección y el abordaje precoz. En Mayorvision no sólo servimos gafas sino también y más importante, velamos por su salud ocular. Nuestro objetivo es una población sana y controlada visualmente.

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