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LA PROTECCION OCULAR FRENTE A LA RADIACION ULTRAVIOLETA (UV)

Es importante concienciarnos de la necesidad de un adecuado y temprano cuidado de nuestros ojos frente a la radiaciones electromagnéticas que provienen del sol.

 

Somos un país en el que el elevado número de horas de luz, unido a nuestros hábitos de vida en el exterior, nos obliga a recordar la protección solar, no sólo de la piel sino de las estructuras oculares. Porque se pueden ver afectados la conjuntiva y los anejos, el cristalino, incluso la retina. El daño que la radiación UV produce en el ojo puede ser de dos tipos: agudo y crónico.

 

Las lesiones agudas serían la fotoqueratitis por reflexión de la luz en superficies como la nieve o la arena, y la retinopatía solar por la contemplación de un eclipse de sol sin la protección adecuada. En cuanto al daño crónico estaríamos hablando de la pinguécula y pterigio en la conjuntiva, cataratas por opacidades en el cristalino, incluso DMAE en la retina como muestran algunos estudios.

 

El efecto pernicioso de la luz UV es acumulativo. De ahí la importancia de protegernos los ojos desde la infancia sobre todo en las épocas del año que pasamos más tiempo al aire libre. Además los niños son más vulnerables porque tienen los medios oculares más transparentes y las pupilas más grandes, aunque son el grupo de edad que menos gafas de sol utilizan.

 

¿Cuáles son las soluciones ópticas más adecuadas?

 

Las gafas de sol y las lentes solares deben ser adquiridas en centros de óptica, el único medio de distribución que garantiza la calidad de las mismas. No basta que un cristal sea oscuro: una gafa de sol con un filtro inadecuado sólo produciría el efecto de dilatación de la pupila con lo que entraría todavía más radiación UV y los efectos serían más perjudiciales.

 

Las lentillas. No todas las lentes de contacto se fabrican con filtro frente a la luz UV pero sí hay materiales en los que ya van incluidos. Con las lentillas tenemos cubierta la córnea  y el limbo, pero tengamos en cuenta que los anejos y la conjuntiva siguen desprotegidos por lo que se aconseja el uso añadido de una gafa de sol.

 

Las lentes oftálmicas transparentes de índice 1.6, 1.67 y 1.74 (son cristales más finos para graduaciones más altas) incluyen ya el factor de protección UV, aunque la lente sea blanca y no de color.

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